
Tres intentos nos costó. Pero valió la pena. Cada decepción y cada paseo valió la pena por disfrutar de este lugar tan maravilloso. Un restaurante ambientado como una casa. La ropa tendida, la espuma de afeitar en el baño, la nevera, la aspiradora… Todo recuerda a una casa antigua. Según entras te rodea un ambiente hogareño y de otra época.
Qué gran entorno para disfrutar de comida auténtica italiana. Casera y variada. Platos fuera de lo común para los turistas, ingredientes tradicionales y una presentación única.
Nos ubicaron en el salón, cerca de la ropa tendida, al lado de la ventana y con la cocina a nuestra espalda. Dos mujeres se encargan de atenderte, amablemente y explicándote qué es cada plato.
La decisión fue difícil pero creo que realmente acertamos:
- Surtido de quesos biológicos con mermeladas (Formaggi biologici della Selva)

- Tagliatelle con gorgonzola y calabaza (Tagliatelle con gorgonzola e zucca)
- Spaguetti con queso y pimienta con enrejado de Grana Padano (Spaguetti al cacio e pepe in cestino di grana)
- Arroz con leche con Nutella con avellanas (Risoelatte con Nutella e granella di nocciola)
- Café
Disfrutando de esta fantástica comida no pudimos evitar también apreciar el lugar. Cada detalle, cada estancia de la casa, cada pequeña cosa no hacía más que potenciar la experiencia. El trato y el buen servicio fueron la guinda a una comida maravillosa.
Desde luego, un sitio del que enamorse, donde ir con la pareja, con los amigos o la familia. Donde disfrutar de la experiencia italiana al 100%. Fue un final de viaje que no esperábamos, pero que, desde luego nos encantó y que, espero, podamos volver a disfrutar.
IMPORTANTE: Haz tu reserva con tiempo. No hay muchas mesas, el establecimiento es pequeño y solo dos personas atendiendo. Todo aquello que lo hace encantador, al mismo tiempo hace que sea difícil ir sin reserva.
Via Camperio 6, 20123, Milano (Italia)
Teléfono: 0239831040 – 3471640628