
Cachapa en Venezuela (n.): dícese de la torta fina de maíz molido, con queso y papelón (o azúcar), cocida en budare. (Fuente: Venezuela Tuya).
La misma web nos cuenta que el origen de la cachapa puede estar en la región central venezolana, en los indígenas que habitaban las tierras mirandinas, quienes cultivaban el maíz, cereal considerado de origen divino. Popular también en Colombia (donde suele llamarse arepa de choclo/chócolo o arepa de maíz jojoto), actualmente no existe consenso sobre el lugar y el momento histórico exacto en el que fue elaborada por primera vez.
Después de lo técnico y de lo bonito, viene lo real. Viene decir que la cachapa es algo indescriptible que solo se entiende cuando se prueba. Cuando ves ese relleno asomando y ese trozaco de mantequilla coronando esa masa doblada. Es cuando metes un trozo en la boca y su textura y esa mezcla leve de dulce salado inunda tus sentidos. Es probar la tuya y la del de al lado. Es empujarte con un tequeño, porque se cae el relleno. Es el eslabón perdido entre gochada y el mayor de los placeres gastronómicos.
Quien bien te quiere, te llevará a comer cachapas. Eso es así.
¿Y a dónde? A Cachapeishon.
Primero, siempre, unos tequeños
Luego, la cachapa. En este caso hice la que yo quería, metiendo carne mechada, plátano frito y queso llanero (lagrimones me caían de lo rica que me quedó)
Os muestro otras que se pidieron amigos, pero que no recuerdo cuáles eran.
Y sí, por primera vez, un artículo se queda corto de fotos, pero es que no pudimos pedir más comida. Si te acabas una cachapa… ¡enhorabuena! Yo lo hice (por supuesto, la duda ofende), pero creo que me pudo la emoción de probar aquello por primera vez y ese delicioso toque a plátano frito cada vez que pinchaba. ¿Lo peor de acabarla en el momento? Que no me pude disfrutar del resto el próximo día. Pero reparten a domicilio…
Este artículo va dedicado a una de mis venezolanas favoritas, la misma que, tras diez meses en Madrid, nos enseñó este sitio el día antes de irse… ella es así y la queremos. Gracias, Glenda. Sin ti, pensaría que en Venezuela solo coméis arepas y tequeños. Me has abierto un mundo nuevo y estoy dispuesta a probar cada plato de vuestra gastronomía.
Madrid te echa de menos.
Y yo también.
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