
¿Recordáis aquel tiempo donde la leche con ColaCao y galletas María eran un manjar? Algo que esperabamos a la vuelta del colegio o para desayunar. En mi caso recuerdo especialmente a mi hermana y a mí, en un mano a mano, haciéndonos sandwiches de galleta María, un poco de mantequilla y ColaCao espolvoreado. Solo de pensarlo… ¡qué buenos momentos!

Insistí en ir a este bar, que toma su logo de la famosa galleta de la casa Fontaneda, solo por poder decirle a mi hermana que había un bar así. Que debía ser «nuestro» sitio. Que por fin podríamos volver a disfrutar de las galletas María juntas, pero de una forma más exquisita. Casi te diría que más adulta.
Este post te lo dedico a ti, María. Sé que en Australia no tienes un sitio así, pero prometo llevarte en cuanto pises Madrid.

También en el centro de la capital nos encontramos con este local lleno de encanto. Sus amplios ventanales te llaman. Te invitan a pasar. Según entras, la madera y la decoración minimalista te da la bienvenida. Las paredes están llenas de cuadros con la imagen de la galleta. Antiguos anuncios de la casa Fontaneda y antiguas latas son la única decoración. Además de grandes espejos y una barra a lo lejos. No necesita más. La madera invade este pequeño restaurante y las mesas cuadradas, redondas o alargadas decoradas con velas te hacen sentir cómodo en ese sitio.
Las lámparas, cada una distinta, alumbran, poco, la estancia. En cuanto te sientas a la mesa, te acercan la carta de vinos y el menú. Momento en que quieres leerlo todo y expiezas a exclamar «Oh, mira esto», «no no, esto», «este plato tiene una pinta…». El otro día fue con siete amigos y tuve la suerte de que me dejaron elegir lo que quisiera. Dudé mucho y me tuvieron que ayudar, incluso parar los pies. No veía fondo.
Poco después empezaron a llegar los platos:
Aperitivos de la casa (tapenade, queso y tomate triturado)
Hummus con pan de pita y ajoblanco con crudités

Flautas de pollo rebozadas en galleta y sésamo, con dip de hierbabuena, comino y tzaziki

Berenjenas rebozadas en galleta con pomodoro y parmesano

Pulpo con patatas revolconas y pimentón

Magret de pato con chutney de mango

Mussaka de berenjenas y cordero

Después de devorar, literalmente, todo lo que ponían sobre la mesa, llegaron los postres. Menos mal que me dijeron que no, porque yo quería pedir uno de cada. Finalmente, y bajo la promesa de volver, elegimos:
Tarta de galleta y chocolate de mamá

Tarta de queso con base de galleta

Tarta de queso y brownie con helado de galleta

Tiramisú con base de galletas

Llegados a este punto, lo que en un principio fue un flechazo por un nombre y un sitio bonito, se ha convertido en enamoramiento una vez que pruebas su cocina y hablas con los camareros. Atentos, educados, cercanos y siempre dispuestos.
Un sitio altamente recomendable, al que volveremos. Incluso siendo de la idea que «cuantos más mejor, porque cada uno pide un plato y probamos de todo«, creo que volveré sola. Y pronto. Ya sea un café, un desayuno, una «meriencena», o para probar esos menús que publican en su Facebook, volveré.

¿No os habéis preguntado el porqué de su nombre? Un nombre perfecto cuando has sido criado entre harinas, azúcar y dulces. Así es el dueño de este pequeño paraíso en el barrio Malasaña: Carlos Moreno Fontaneda, descendiente directo de los creadores de la famosa galleta.
No sólo hacen de esta merienda infantil un restaurante si no que la usan como ingrediente de sus platos para sorprender.

¿Os acordáis de la canción del anuncio? «Qué buenas son las María Fontaneda…» Parece que la estés escuchando cuando estás disfrutando de los platos. ¡Cuánta razón, qué buenas!
Bar Galleta
Corredera Baja de San Pablo 31
28004 Madrid
91 531 11 61
Horario:
- Lunes a Jueves 10:00 h–1:00 h
- Viernes y Sabados 10:00 h–2:00 h
- Domingos 10:00 h-1:00 h
Su web: http://www.bargalleta.com/
Facebook: Bar Galleta
Instagram: bargalleta