
He encontrado mi sitio favorito de Madrid. Ese lugar donde poder perderme por horas, donde parece que el tiempo se detiene y todo parece ir a otro ritmo. He encontrado EL sitio.
Llevaba tiempo viéndolo, pero nunca llegaba a tiempo. Esta cafetería en el barrio donde crecí tomó vida hace tres años, los mismos que llevo yo independizada. Si llego a saber que se va a ubicar allí este rincón, Salon des Fleurs, me temo que mis padres tendrían que seguir poniendo una taza más por la mañana.
Partimos de una premisa básica: adoro las flores casi tanto como comer y viajar. Por lo tanto a nadie puede extrañar que un sitio con flores, comida y aire inglés se haya convertido en mi rincón favorito de Madrid. Por algún motivo, alguien pensó que dar de comer a la gente y rodearla de flores era una buena idea. Y no podía haberlo pensado mejor.
Exterior blanco, envejecido, un carrito con plantas, flores de Pascua y un cartel que anuncia el salón. El logo del Salon des Fleurs promete un sitio con encanto: un pétalo se entremezcla con una tetera. Eso es lo primero que ves, la entrada. Si abres la puerta del local, no sabes dónde mirar primero: la caja registradora antigua, las jaulas colgando con plantas dentro, la escalera llena de detalles que te invitan a visitar la planta de abajo, las tartas allí expuestas, las mesas con cojines de pugs con chisteras, los dos árboles de Navidad decorados con un gusto exquisito, las mesas con sillas que no pegan… Hay tanto que antes de ni tan siquiera elegir, tus pies se mueven solos. La curiosidad por los detalles te hará pasear por este pequeño local.
No te dejes la parte de abajo, donde los colores y la vida toman protagonismo: el taller. Un espacio para crear los ramos y adornos florales más bonitos. Parece que ese colorido no se queda abajo e inunda todas las plantas del local. Da la impresión de que las flores y plantas hubieran crecido por todas las paredes o escaleras del salón, llegando a decorar las mesas y el techo. Parece que el local es más vivo.
Tés, cafés, sandwiches ingleses, tartas… los olores se entremezclan. Elegir en la carta se hace complicado, pero una vez hecho, déjate enamorar por los sabores. Nosotros pedimos un té verde de champán y fresas, un café con leche de soja y un bizcocho de limón. Nos llegaron las bebidas en bandejas individuales con detalles que nos encantaron: cucharas preciosas y unos polvorones del tamaño de una moneda cuidadosamente envueltos.
Un lugar para volver, con un libro, con un cuaderno, con un ordenador, solo o acompañado. Para desconectar y parar el tiempo. Un sitio donde la Navidad se vuelve más navideña, si cabe. Déjate llevar.
¡Feliz Navidad!
Calle Guzmán El Bueno 106, 28003, Madrid
91 535 23 48