Recién llegada de Dinamarca de un fin de semana maravilloso, disfrutando de la capital, y tras tanto tiempo sin escribir, me he visto motivada por la comida que allí descubrimos. Además de una ciudad preciosa con postales emblemáticas como el Nyhavn o La Sirenita, pudimos empaparnos de la gastronomía de esta ciudad, hasta entonces desconocida para mí: Copenhague.
Perdidos en la ciudad decidimos buscar en Internet qué comer o dónde, pero teniendo en cuenta los precios, nos decantamos por, habiéndonos estudiado los platos típicos, ir descubriendo y comparando precios. Preguntamos a los dueños del apartamento donde nos alojamos y nos ayudaron a descubrir nuevos sitios, nos informaron de que algunos platos eran estacionales, pero que otros sí podíamos encontrarlos. Así empezamos a enamorarnos de København.

Lo primero que habíamos leído era sobre los smørrebrød. Rebanadas de pan de centeno, por lo general, con mantequilla y con diferentes ingredientes como huevos, salmón, gambas o pescado. Algo que sí vimos que era fácil de encontrar pero con precios muy variados. El primer sitio donde decidimos probarlos fue en NYHAVNSFAERGEKRO, un restaurante ubicado en una de las antiguas casas de pescadores del Nyhavn o puerto nuevo. Con un servicio atento y un ambiente hogareño, disfrutamos de este plato típico sentados al lado de una chimenea. Empezamos con smørrebrød de salmón y smørrebrød de albóndigas danesas con ensalada de patata. Aunque ambos buenísimos, nos quedamos con ganas de más. Y pedimos el «plato Nyhavnsfaergekro» donde puedes probar diferentes espcialidades de la casa. Incluyendo el arenque o sild, en danés, otro ingrediente típico de la zona. Un postre para rematar y un café para despejarnos nos ayudó a continuar el día.
Una de los consejos que nos habían dado era recorrer el COPENHAGEN STREET FOOD, ubicado en una de las islas artificiales (La Isla de Papel) de la ciudad a la cual se accedía por uno de los puertos que conectaban con la «parte más holandesa» de Copenhague. Y allá que nos fuimos. Un cartel nos daba la bienvenida y nos indicaba dónde dejar las bicicletas y adentrarnos en este mundo gastronómico.
Camiones de comida de diferentes partes del mundo te reciben: un trocito de Italia, de China, de Méjico, de Colombia, de Marruecos… más vegetarianos o con carne de Brasil. Podías elegir lo que quisieras y sentarte en las mesas comúnes de madera allí ubicadas. Nos decantamos por varios platos y quisimos, por supuesto, repetir smørrebrød de patatas con arenque. Probamos también cous cous de pollo, wrap de huevo con verdura y cerdo y perrito caliente danés. Rematamos todo con una increíble tarta de queso y un chai latte.
Finalmente, y ya enamorados de los smørrebrød, nos topamos accidentalmente con un local muy especial cerca del Palacio Real y la Marmolkirken (Iglesia de Mármol): CAFÉ OSCAR. Pequeño local que anunciaba smørrebrød hasta las 16:00 h. Nos metimos llamados por la cantidad de gente allí abarrotada, la buenísima pinta de sus platos y los buenos precios. Y no defraudó. El camarero nos aconsejó y acabamos disfrutando de un Club Sandwich con pechuga de pollo fileteada, bacon, lechuga y salsa de curry; y de un plato combinado de tres tipos de smørrebrød: de roast beef, de paté de hígado y de arenque con salsa de curry.
Para acabar, y si todavía no te has cansado de las cervezas, dirígete a MIKKELLER. Un sitio donde disfrutar de cerveza artesanal, buen ambiente y de una de las zonas de moda de Copenhague.
Por supuesto, queda mucho por decir de la gastronomía de este país, pero os adelanto lo que más nos gusto. En breve, más.
¡Buen provecho!