
Hoy es el día de Asturias. 8 de septiembre. Conmemora a La Santina, a la Virgen de Covadonga, patrona de Asturias. A ella se le atribuye la victoria contra la invasión árabe (si quieres más datos históricos sobre esto, al final del artículo). Esta fiesta tiene la particularidad de que cada año acoge la festividad una localidad diferente. Este año ha sido suspendida la fiesta por Covid, peeeeero otros años Cabrales, Cudillero o Taramundi, entre otros, han celebrado el orgullo de ser asturiano.
NOTA importante para los que me siguen en Instagram: a aquellos que me habéis preguntado si un asturiano me ha robado la cuenta o si estoy siendo sobornada con Moscovitas, o si la oficina de Turismo de Asturias me ha contratado… la respuesta a todo es no. Os ponéis muy sensiblones cuando os bombardeo (por no decir spameo) con imágenes, lugares emblemáticos e historia de la tierrina un día sí y otro también, una hora sí y a la otra, pues también y, encima, doble. Sencillamente, ando indignada por la vida porque amigos míos, gente cercana a mi persona, no han pisado esta bella tierra nunca. Que cómo es posible que me junte con esta gente… pues bueno, son majos y tienen buen corazón. Pero no les paso el que no hayan ido. En un mundo donde puedes elegir bollos preñaos, queso Gamonéu, fabes o tortos, quién iba a elegir otra cosa (más ligera). Así que, subo historias que les muestren lo que se pierden y las meto en una carpeta para que lloren mientras ven toda esa belleza junta. Y para que se animen a ir, claro. Eso también.
Bueno, pues en mi cruzada de estos días haciendo patria de una tierra que llevo con orgullo (una cuarta parte de mí es asturiana, aunque muchas veces lo elevo a más porque mi amor por este sitio es inmenso) ha caído que es el día de Asturias. Y diréis: oh, qué sorpresa, casualidades de la vida. Pues no, la verdad. Para qué vamos a engañarnos… Porque como soy muy intensa (acá apasionada por los viajes), ya sabéis cómo alargo yo un viaje…
NOTA para curiosos: otro cuarto es madrileño y la mitad es granaína. No me digáis que no llevo en la sangre, por parte de abuelos, dos de las zonas más bellas de España… yo creo que parte de mis kilos vienen de lo inflá que estoy de orgullo. Granada y Asturias. No os digo nada y os digo todo.















Aprovechando que es este día tan maravilloso, os muestro aquí mi historia vinculada a un plato, a un sitio A un nombre. Viri. Y, por supuesto, a una tierra.
¿Nunca os ha pasado que os viene a la cabeza una imagen de algo que no tenéis muy claro de dónde sale, pero sí tenéis el pálpito de lo que habéis vivido? A mí me pasa pero suelo tardar en ubicar el recuerdo. No me ubico ahora en la vida, como para hacerlo con una imagen de hace años… El caso es que pregunté a mis padres por qué me venía a mí un recuerdo recurrente de un pote de castañas.

Esto es así.
Mis conversaciones con los pobres (y mi hermana) son muy aleatorias. Suelto lo primero que me aturde y, a su favor diré, que me suelen seguir la bola muchas veces. Hoy es esto y mañana es que cómo se llamaba el tercer mosquetero que acompañaba a D’Artagnan. Y no, no lo busco en Google porque me gusta sorprender a mi familia con exámenes sin ton ni son. Mi hermana me acompaña en este ritmo de conversaciones cuando nos pregunta cómo acaba una estrofa de una canción infantil (yo que sé, alma de mi vida, yo qué sé; no las canto a menudo) y ahí se empiezan a mandar audios todos cantando a nuestra manera y versionando la canción. Como le cante alguna de esas versiones a mi sobrino, carne de psicólogo, vamos.
Tras un rato flipando un poco, me responden. Su respuesta fue clara: El Llar de Viri. Me lo dijeron como si Viri fuera familiar nuestra de toda la vida, vamos…
Pedí volver tan pronto pisara Asturias. Y allá que nos fuimos.
Os presento El Llar de Viri, donde el pote de castañas se convierte en recuerdo imborrable.
¿El plan? Coger tren en la estación de Oviedo. Disfrutar de un bollo preñao y de sus carteles estilo de antes mientras esperas el tren. Montarte y disfrutar del paisaje. Bajarte en San Román de Candamo y a ver a Viri.







Es un lugar que desprende tradición y familiaridad. Es madera, es piedra, son los olores. Es Viri y su pelo rojo, lo primero que no esperas en ese sitio. Es una casita hecha para que disfrutes de lo que mejor saben hacer. Es una cocina abierta a todos, libros en las estanterías, son galletas caseras en botes (las virilletas) y es un jardín precioso. Es una bienvenida amable y unas risas dentro. Es sentarte y ponerte ya nerviosa sabiendo lo que vendrá.
Viri es la esencia de todo ello. Está en cada sitio y si no lo ves, espera a que vaya a tu mesa a saludarte. A que te diga lo que tiene, lo que te recomienda. Con esa naturalidad propia del norte, esa forma de decir las cosas y ese acento reconocible en cualquier lado.










Qué no puede faltar en la mesa:
Croquetones

Puding de puerros

Tomate bien casau

Personalmente, el pote de castañas. Una delicia que no he visto en ningún otro sitio. Un sabor característico que forma parte de ese recuerdo también. Un cocido medieval dicen en su web. *Mira que sea época de castañas cuando vayas o si tienen algo guardado de cuando fue y puedes disfrutarlo.

Arroz con leche (esto en Asturias es obligatorio)

Tarta picapiedra (bizcocho remojado con café, crema, nata, avellanas y caramelo)

Sorbetes varios para despejarte un poco y aguantar hasta que llegues a dormir la siesta


Caja de virilletas pa’l camino

No la hemos probado, pero solo dejaré aquí caer que su fabada… Premio Mejor Fabada del Mundo 2013.
Ir solo añadió más recuerdos y afianzo los que tenía. Hablar con ella, la historia de cómo levantó aquello, el árbol que reina en el jardín… todo eso no estaba antes y ahora ha quedado grabado.
Así que, por favor, cuando me vayan a visitar esta bella tierra, háganme el favor de ir a ver a Viri.
Feliz día a los asturianos, a los medio asturianos, a los cuartoasturianos… Feliz día a las Covadongas. Feliz día.
Trasquilos, 20, 33828
San Román de Candamo, Asturias
Datos históricos sobre el día de hoy
Se dice se cuenta se rumorea que fue la virgen quien ayudó a Don Pelayo a vencer a los árabes al provocar un desprendimiento de rocas que diezmó el ejército árabe. Con esta victoria, que se le atribuye a la virgen, pasa a convertirse en la patrona de Asturias. Y se fija como pistoletazo de salida de la Reconquista.
La batalla tuvo lugar entre los años 718 y 722 (no se sabe con certeza) y se enfrentaron: a un lado, Don Pelayo y las tropas astures; al otro, las tropas de Munuza, gobernador de la región bajo el Imperio omeya.
Ya fuera por no pagar impuestos o por razones más novelescas que describió en sus crónicas Alfonso III, el caso es que Don Pelayo se levantó contra los musulmanes y reunió a un grupo no muy numeroso de gente dispuesta a luchar. Llevaron a los musulmanes, seguramente en número superior, a los Picos de Europa y allí, aprovechando el terreno que tan bien conocían… ya sabemos cómo acabó todo. Supuso la primera victoria de un contingente rebelde contra las fuerzas musulmanas
Entre mito, historia y documentos escritos dos siglos más tarde de que tuviera lugar la famosa batalla de Covadonga, lo que sí tienen claro los historiadores es que esta trajo la fundación del reino astur, con Pelayo como “caudillo”, y no la restauración del anterior reino visigodo.