
Volvemos a nuestra ruta… estábamos en Hoi An y ponemos rumbo a Hué (plural mayestático, se entiende, porque en este viaje estábamos mi mochila de EAT y yo, yo y mi mochila de EAT). Para ello cogí un autobús (contratado en el hotel de Hoi An) que resulta que era de los nocturnos porque tenía camas, aunque no pasaras noche. Foto del momento. Teniendo en cuenta que yo me duermo hasta de pie, era un peligro meterme en una cama para un trayecto de poco más de 3 horas. Temía acabar en cualquier otro lado. Fue difícil pero ahí estuve, con los ojos como platos, luchando contra el sueño. (Precio: 150.000VND – 5,84 €)
Para que nadie se me pierda, adjunto mapa (ignoremos lo de ir caminando invirtiendo 187 horas que, por otro lado os digo, no sé por qué me ha salido…):
La primera vez que supe de esta ciudad fue leyendo un (impresionante) libro llamado “Hué 1968” (muy recomendable, por si no se había pillado la sutileza del “impresionante”). Narra la Ofensiva del Tet: más de un centenar de ataques simultáneos llevados a cabo por el ejército norvietnamita en Vietnam del Sur. Esta ciudad fue retomada por el ejército americano bloque a bloque, edificio por edificio, según la estrategia del teniente coronel Ernie Cheatham.
Este libro describe la ciudad de Hué, cada recoveco, cada esquina. Describe a sus habitantes, sus edificios y ventanas. Cuando lo leí la primera vez, quedé completamente devastada por la dureza del combate, por las historias personales, por las fotos de los heridos. El otro día justo comentaba con una amiga que, aunque algo me conmueva, no lloro. Decimos en broma que estoy vacía por dentro… Pero este libro sí me hizo llorar (lo cual demuestra que algo queda, un poco). Me sobrecogió la forma en que Mark Bowden, su autor (y también del libro Black Hawk Down, llevada al cine por Ridley Scott –me la vean también, por favor-), describía la batalla. Hué se quedó conmigo desde aquel momento.
Había días que lloraba leyendo algunas líneas, otras se me ponía la piel de gallina. En la mayoría, me quedaba impresionada por la fuerza de la gente vietnamita. Me asombraban las maniobras americanas para recuperar la ciudad, el compañerismo, la lucha, sus técnicas, precisión y coraje. Así fui configurando una historia en mi cabeza de un país lejano que había superado todo aquello. Y me decidí: necesitaba conocer Hué.
La tercera parada del camino era esta ciudad situada en el centro del país, antigua sede de los emperadores de la dinastía Nguyen, capital nacional desde 1802 hasta 1945 (cuando se estableció un gobierno comunista), pasando a ser el centro cultural y religioso del país. Fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1993… Casi ná.
Om Viajes y Relatos nos cuenta que “está emplazada entre arrozales y formó parte de la Ruta de los Mandarines que recorre Vietnam de norte a sur, y que tiene su origen en las exigentes pruebas literarias que hacían los aspirantes a mandarines para acceder al codiciado puesto, al servicio de los emperadores.” Este puesto era de funcionario y las pruebas eran durísimas.
Hué fue una de las ciudades más castigadas por la guerra y la misma web nos recuerda que, tras la ofensiva arriba mencionada, quedó en pie menos del 40% de sus edificios más emblemáticos. Los recintos más dañados fueron la Ciudadela y la Ciudad Púrpura Prohibida, donde vivían los emperadores.
Se encuentra atravesada por el río Perfume, quedando al norte La Ciudad Imperial. Nos contó la guía que en esta zona (norte) de la ciudad, ningún edificio puede ser más alto que el edificio más alto del recinto. Al sur, sí. Saber esto me ayudó a entender por qué la noche antes, cuando llegué, solo veía edificios altos, modernos, con luces y carteles gigantes. Me quedé un poco pillada porque esperaba Hué de otra forma. Era la famosa ciudad imperial… cuando crucé el río entendí que lo que yo imaginaba como Hué era la zona norte. Así que, podemos decir, que estaba medio en lo cierto. Sí, eso me consuela un poco.
A ver, explicar Hué es un poco pitote porque yo venía con algo claro y cuando me pongo a buscar información para ampliar, veo que hay cosas que reciben dos nombres… o no y se refieren a cosas distintas. Me perdonen si hay lío. Trato de hacerlo lo mejor posible, pero de verdad, que a día de hoy, a veces tengo dudas de lo que vi. Ármense de paciencia, por favor.
Qué vi (y disfruté)
La Ciudadela (Kinh Thanh Hué). Construida entre 1804 y 1833, tiene 10 kilómetros de perímetro y 10 entradas (conocidas por dos nombres: uno en vietnamita y otro para los que viven en Hué – tremendo si pensamos en lo complicado que ya es saberse el nombre en vietnamita). La entrada principal cuenta con 9 cañones, 4 de ellos representan las estaciones del año y los 5 restantes, los elementos de la naturaleza. Fue mandada construir por el Emperador Gia Long. Entre templos y otras cosas, hay 18 puntos de interés.
NOTA: lo impresionante de Hué es que sus edificios más emblemáticos guardan un equilibrio entre los cinco puntos cardinales (centro, norte, sur, este, oeste), los cinco elementos (tierra, metal, madera, agua, fuego) y los cinco colores (amarillo, blanco, azul, rojo, negro). Todo está bien pensado y estratégicamente colocado, siguiendo principios del Feng Shui. Si algo está en un sitio, es que tiene que estar; no lo dudes.
- La Ciudad Imperial (Hoang Thanh), en el centro de la Ciudadela, es donde se establecieron las oficinas del alto funcionariado feudal y los santuarios para el culto de los emperadores. Se construyó siguiendo los patrones de la Ciudad Prohibida de Pekín. Las teorías que respaldan esto se basan en que los muros, fosos, bastiones y la puerta principal se asemejan bastante.
- La Ciudad Cívica (Kinh Thanh). Su principal característica es la Torre de la Bandera (de 37 metros de altura), Cot Co en vietnamita (es lo único que encontré fácil de decir).
- La Ciudad Púrpura Prohibida (Tu Cam Thanh), construida entre 1802 y 1833. Destrozada tras las bombas americanas en 1968, se dice que tenía más de 60 edificios y un estanque con flores de loto. Era el lugar donde residía el emperador. Su nombre viene porque cualquier persona no autorizada que osara cruzar las puertas era condenada a la muerte.
En una de las instalaciones hay un vídeo que recrea perfectamente La Ciudadela con sus edificios, algunas de sus costumbres y tradiciones. Merece mucho la pena dedicar unos minutos porque se entiende todo mejor.
Las Tumbas de los Emperadores. Están a las afueras de la ciudad y ubicadas en puntos muy separados. Hay 7 pero en el tour que yo cogí, solo visitamos tres.
- Tumba de Minh Mang: el complejo tiene 40 monumentos. Se construyó en 1840 y es algo entre un parque natural y una tumba. Está a 12 kilómetros de Hué, en la aldea de An Bang. Minh Mang fue el segundo emperador de la dinastía Nguyễn, que reinó, tras la muerte de su hermano, desde febrero de 1820 hasta enero de 1841 (cuando falleció). Se hizo famoso por su oposición a la participación francesa en el desarrollo de la nación vietnamita.
- Tumba de Tu Duc: un enclave digno de paseo, con agua, jardines, plantas… Considerado el último emperador de Vietnam y el que más tiempo reinó (desde 1848 hasta 1883) no tuvo descendencia a pesar de tener 104 concubinas. Esta zona fue usada en vida del emperador como palacio de verano y, a su muerte, como tumba. Loleta nos describe esta época como: “mientras Tu Duc vivía en el más absoluto de los lujos, su pueblo permanecía en la miseria y el hambre, ajeno al progreso del mundo y con sus fronteras cerradas a él, hasta tal punto que sus críticas al resto del mundo hizo que terminara en guerra con Francia, que creó un protectorado en el sur del país (Conchinchina).”
- Tumba de Khai Dinh: la más impresionante para mí. La tumba sigue los principios de la geomancia (astrología, leyendas milenarias y fusión con la naturaleza). Construida para el decimosegundo emperador y ubicada a unos 8 km de Hué. Khai Dinh apoyó la política francesa, su tumba es reflejo de su gobierno: la influencia occidental puede complementar y mejorar la cultura tradicional vietnamita. (Con Mochila). Fue muy impopular entre la gente con esta mentalidad.
NOTA: no se sabe en qué punto exactos de estos inmensos mausoleos están los emperadores pues fueron enterrados con sus fortunas y tesoros y así se evitan a saqueadores.
El precio combinado de La Ciudadela y las tres tumbas es de: 360.000VND (13,84€).
Pagoda de la Pureza de Thien Mu. Cuenta la leyenda que aquí se apareció una dama que vaticinó que en este lugar un hombre puro construiría un templo. Un emperador escuchó esta leyenda y decidió que él era lo suficientemente puro como para erigir la pagoda (me gustaría tener el mismo amor propio que tenía este hombre, la verdad). Lo hizo en el año 1601. Se accede desde el río Perfume a través de una escalinata que acaba en una torre de 7 pisos. Esta pagoda, seguramente la más antigua de Hué, cuenta con un patio de bonsáis y tiene altares donde se sitúan las tres estatuas de Buda: el del Pasado, el del Presente y el del Futuro. Cuentan en Crónicas Viajeras que el (link a imagen con fuerte contenido) monje sentado impasible quemándose en una calle muy transitada de Saigón el 11 de junio de 1963, Thich Quan Duc, era un monje de más alto rango de esta pagoda. En la misma pagoda puedes ver el coche con el que condujo hasta Saigón, donde realizó su suicidio en protesta por cómo el gobierno de Diem estaba persiguiendo a los monjes budistas cuando trataba de imponer el cristianismo en el país.
NOTA curiosa: «bonzo» es el nombre que reciben los monjes budistas. Por lo que la expresión de “quemarse a lo bonzo” viene a ser “quemarse como lo hizo este monje budista”. Me quedé pillada con esta revelación…
Museo de la Guerra de Hué. Estaba especialmente interesada en ver este museo por la batalla que os he dicho antes. La entrada cuesta 30.000VND (1€). Me decepcionó después de haber visto el de Ho Chi Minh. Por el precio que es, entras y lo ves, pero no esperéis gran cosa si has visto el de la antigua Saigón. Si no lo has visto, fenomenal, ¡a disfrutarlo!
Hacerse foto en el famoso letrero del Park February 3rd. El cartel dice “amo Hué”, al estilo del “I love NY”. Por si tienes curiosidad, la fecha que da nombre al parque conmemora la fundación del partido Comunista, festivo nacional en Vietnam.
Paseo por el río Perfume (Song Huong/Huong Giang) en un barco dragón. ¿A qué se debe este nombre? Hay varias teorías. Una dice, por ejemplo, que a lo largo de sus orillas se cultivaban plantas aromáticas. Otras dicen que al río caían flores de los árboles. Sea como sea, hoy en día no huele a perfume. Que nadie se haga ilusiones.
El puente Troung Tien. Inaugurado en 1899, fue uno de los primero en unir los dos lados de la ciudad. Es un auténtico icono de Hué y por la noche… tiene luces de colores que van cambiando. A mí esto, en palabras de mi amiga Pato, me aturdió mucho. Yo esperaba Hué más… cómo decirlo… menos moderno. Pero como he dicho antes, un lado cumplía más con mis expectativas. El otro, desbarató todo. La mezcla es realmente buena.
Mercado Dong Ba Market. Todas las ciudades tienen su mercado y Hué no es menos. Se llama así. No hice fotos porque me agobié demasiado y me tuve que salir.
Casas antiguas. Como en Hoi An, pero en menor cantidad y menos accesibles. Preciosas casas de madera oscura con decoración única y altares. La familia nos dio té, plátanos y jengibre, algo muy típico.
Artesanía. En algunas excursiones puedes parar en talleres de artesanos. En mi caso pasé por una de incienso y otra de sombreros non la. Muy interesante de ver. También nos agasajaron con té.
NOTA 1000 porque no sé cuántas llevo ya: en la excursión que yo cogí en el hotel tenía la Ciudadela, las tres tumbas, paseo por el río Perfume, visita a una casa antigua, visita a artesanos de incienso y de non la (sombrero típico vietnamita) y comida incluida. Era con un operador local y no recuerdo el nombre ni nada. Pero hay muchas opciones, así que… que no cunda el pánico. Cogí la más completa y me gustó. La guía no fue el colmo de la amabilidad (cosa rara), pero bueno, valió la pena por lo que nos enseñó.
Por hacer, hay más cosas. Yo no llegué a todas. Estuve en Hué menos tiempo del que esperaba porque, básicamente, no creía que todas las cosas estuvieran tan lejos unas de otras (a pesar de que me había mirado todo a través de blogs y webs). Otras cosas: su puente japonés (Thanh Toan), visitar la zona desmilitarizada, Museo de las Reliquias Reales de Hué, templo Hon Chen, tumba de Gia Long… qué os digo, a mí no me dio la vida.
Qué comí
Bun Bo Hue. Sopa de fideos con carne de buey
De la comida de la excursión
Banh Beo Tom Chay. Tipo de pastel de arroz o panqueque de arroz pequeño al vapor (en la foto, el de los platitos redondos). Se toman de golpe con ayuda de una cuchara. Este fue uno de mis favoritos en todo el viaje. Maravilloso.
De la comida de la excursión
(redoble de tambores, por favor) Banh Nam. Empanada hecha de harina de maíz y con camarones. Este es mi número 1 de todo Vietnam. Qué sabor… es que no se puede ni describir. Riquísimo. Pero de verdad que muy muy rico.
Ensalada de flor de plátano
Banh Uot
De Madame Thu y en la excursión
Nem Lui. Es carne de cerdo en forma de albondiguilla alargada y envolvente sobre un palo de lemongrass. Hay que hacer rollitos, que nadie se piense que era tan fácil como una brocheta. Otra vez el modo IKEA on para comer. De nada por no dejaros hacer el ridículo…
De Madame Thu
Información adicional: me alojé en el hotel Hong Thien Runy Hotel. El hotel tiene categoría de dos estrellas, pero yo le otorgaría alguna más. El hombre que lo lleva, majísimo y encantador. La habitación perfecta, con baño propio (ducha separada, que, parece tontería, pero no lo es), bien ubicado. No sé. A mí me gustó mucho. Con ese hombre cogí la excursión y el traslado al aeropuerto de Hué (para llegar a Hanói).
Fuentes: Unesco, OM Viajes y Relatos, Crónicas Viajeras, Viajes a Vietnam, El Mundo con Ella, Portal de Tailandia, Loleta, Con Mochila,
Toda esta ruta, todo este viaje, cada punto de visita (ciudades), hoteles… fue pensado, creado, diseñado, cerrado, contratado y facilitado por Wanderlust Travel Project (Instagram: wanderlust_travel_project). Ella fue, antes de yo pisar aquello, mi cabeza y mis ojos en Vietnam. Yo no podía buscar información y organizarlo todo y ella lo hizo. Le dije presupuesto, le dije deseo de basar mi viaje en tema de la guerra y ella adaptó todo para aprovechar los vuelos y horarios, para hacer la ruta mejor, para parar en puntos importantes acorde con mi petición. Realizó los trámites de mi Visa (porque me iba más de 15 días), buscó información, me dio alternativas de excursiones, me buscó rutas. Me dejó abiertas opciones para que no estuviera todo encorsetado. Todo con opciones de cancelación o de cambio. Te hace esto para Vietnam 18 días como para París, 2 días. Doy fe de ambas. Gracias por esto.
En la siguiente parada llegamos a Hanói, al norte, lo que significa que queda menos para leer sobre Vietnam 😉