
Con un café y mi mapa de Edimburgo, vuelvo a recordar los sentimientos, los olores, los momentos vividos el fin de semana pasado. Delante de mi ordenador, todavía sonrío.
¿Puede un viaje cambiarte lo que tú eres? ¿Puedes entrar en un país siendo una persona y salir siendo otra? Sí, se puede. Hay gente que dice que cada viaje te transforma. Pero yo creo que hay algunos que van más allá. ¿Puede un viaje por el que has esperado 20 años aún así sorprenderte? Sí, puede. Edimburgo ha podido.
Nos vamos a Edimburgo…
Edimburgo (Edinburgh, en inglés y escocés, y Dùn Èideann, en gaélico escocés) es la capital de Escocia (Reino Unido) desde 1437. La ciudad se encuentra dividida en dos: The Old Town y The New Town. Ambas fueron designadas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1995.
The Old Town
Esta área de la ciudad preserva la estructura medieval, posee pequeñas calles llamadas closes o wynds. Dicen que si los conoces bien, puedes ir a cualquier lado de forma mucho más rápida. Cada uno de ellos tiene su nombre y muchos de ellos son dignos de ver y fotografiar. No te pierdas estos accesos a los secretos de Edimburgo.
Quizá el más famoso sea White Horse Close (27 Canongate, Royal Mille). Si te metes a este patio de vecinos parece que retrocedes en el tiempo. En la página Más Edimburgo cuenta que antaño se encontraban aquí las caballerizas reales del palacio Holyrood. Al contrario de lo que pueda parecer, recibe su nombre de una posada (White Horse Inn). En este callejón vivió William Dick, fundador de la Escuela Real de Estudios Veterinarios (hay una placa que te lo recuerda).
Tan famosa era la posada, que tenía su propio whisky (1861). En 2007 fue reconocido como mejor whisky de mezcla del año. A día de hoy se sigue comercializando.
Estamos en The Royal Mille, la arteria principal de The Old Town dividida en 4 tramos: Castlehill, Lawnmarket, High Street y Canongate. Comienzo desde el final porque tuve la suerte de vivir en un apartamento muy cerca del palacio de Holyrood, residencia oficial de la reina en Escocia, y del parlamento escocés, un edificio que desentona con ese aire histórico. Personalmente, poca foto le hice porque me “sacaba” de mi burbuja.
Si continúas por Canongate, pasarás delante de The Canongate Kirkyard. Tal y como indican en Viajar por Escocia, es uno de los cementerios más antiguos. Allí se encuentra gente enterrada desde finales del siglo XVII hasta mediados del XX. Todas las tumbas rodean una iglesia, la Iglesia Nueva de Canongate (1688). Para identificar la entrada, solo hace falta fijarse en la estatua de Robert Fergusson (poeta) que parece que sale a dar un paseo, así como en los bancos llenos de dedicatorias que rodean la entrada. En este cementerio se encuentra la tumba de Adam Smith. Otra persona allí enterrada es Benjamin Bell, abuelo de Joseph Bell, cirujano e inspiración para Sir Arthur Conan Doyle para Sherlock Holmes. Lo más curioso que nos cuenta esta web es que hay una pequeña tumba que sirvió de inspiración a Charles Dickens para crear al famoso protagonista de “A Christmas Carol” (Cuento de Navidad), el huraño Ebenezer Scrooge. Lee aquí la historia completa.
En esta misma calle, según sales del cementerio, levanta la vista para apreciar el maravilloso reloj de la Tolbooth Tavern, así como el cartel que da la bienvenida a “The People’s Story”, un museo donde puedes ver cómo vivía la gente “ordinaria” y normal del siglo XVIII.
Párate en Mimi’s Little Bakehouse o en Clarinda’s Tea Room a probar un scone o sencillamente a hipnotizarte con los dulces allí expuestos.
No dejes de mirar los wynds, como el de Gullan’s Close. Cuando llegues a la esquina de Canongate con St. Mary’s Street, a mano izquierda, mira The World’s End, un pub llamado así porque en el siglo XVI la ciudad de Edimburgo se encontraba amurallada (tras la batalla de Flodden, en 1513, donde lucharon Escocia e Inglaterra durante la cual murió el rey de Escocia, Jacobo IV). Temiendo un ataque inglés, se levantaron murallas para reforzar la seguridad. Sus puertas estaba situadas en el exterior de este pub. Como dice la web Easy Viajar, más allá de esos muros, para los habitantes de Edimburgo, había llegado el fin del mundo (“the world’s end” en inglés).
Si sigues caminando, pasarás delante del Museum of Childhood (museo de la infancia) donde encontrarás juguete de todas las épocas. Continúas y pasarás por The Royal Mille Tavern, con música en directo por las noches, y por The Mitre Bar. El lugar donde se ubica ésta última era antiguamente propiedad del obispo de St. Andrews. Sufrió un incendio en 1814, instalándose el pub. La leyenda dice que el trono del obispo está enterrado bajo la zona del bar y que su espíritu recorre el local. (Fuente: Paco y Vero Travels).
Si sigues, verás una estatua de Adam Smith, economista y filósofo escocés autor de La Riqueza de las Naciones. Cerca de la estatua, The Mercat Cross (La cruz del Mercado), donde en el el s. XIV se llevaban a cabo las ejecuciones) y la City Chambers (La Bolsa).
Si sigues, llegarás al a Catedral de St. Giles, donde el predicador John Knox estableció la Iglesia presbiteriana escocesa. La catedral fue fundada en 1120. En la misma plaza de la catedral, no dejes de buscar un corazón de granito en el suelo. Se trata del Heart of Midlothian, es un homenaje a la antigua prisión de la ciudad. Dicen que trae buena suerte escupir en él… no lo intenté. (Fuente: www.edimburgo.es).
No lejos de allí, en la acera de enfrente, encontrarás una estatua de David Hume sentado. Acércate y frota su dedo gordo: dicen que trae buena suerte para los exámenes. Por si ésta fuera aplicable a algo más que los estudios, yo lo hice.
Desde la propia estatua y siguiendo tu camino por The Royal Mille hacia el castillo verás haciendo esquina la Deacon Brodies Tavern. William Brodie inspiró a Robert Louis Stevenson para el clásico Dr. Jekyll & Mr. Hyde. Por el día Brodie era un ciudadano respetable pero por la noche era un ladrón. Puedes conocer más sobre la historia acercándote a la placa que hay en la calle Bank Street (Leading to Princes Street).
Siguiendo nuestro camino por la calle principal de la ciudad, llena de locales, Kiltmakers, tiendas de joyas celtas o piedras que prometen historias, llegamos a The Hub, antigua iglesia gótica que hoy alberga el centro informativo del Festival de Edimburgo, así como otros eventos.
Con sonidos de las gaitas de fondo, retrocede un poco y métete por la George IV Street, buscando Victoria Street. Una pintoresca calle llena de locales coloridos y llenos de vida. Si te gustan los libros, déjate enamorar por el encanto de The Old Town Bookshop, una pequeña tienda azul celeste al principio de la calle.
Si la recorres entera llegarás a Grassmarket, la zona de restaurantes y pubs. Un lugar lleno de gente y de vida, con una tienda llena de encanto: Armstrong & Son, donde puedes encontrar productos vintage y ropa de segunda mano. Allí verás más taverns tan famosos como Maggie Dickinson (92 Grassmarket) o The Last Drop (74-78 Grassmarket). Este último local se llama así, El Último Trago, porque aquí traían a los prisioneros que iban a colgar para que bebiera su último trago. Los ahorcamientos se producían en la plaza de Grassmarket.
El Maggie Dickinson Tavern también tiene su historia, Tras ser abandonada por su marido y quedar embarazada, ocultó su estado. Tras tener un bebé que no sobrevivió, intentó deshacerse del cadáver, pero la descubrieron, condenándola a muerte. A la joven se la ahorcó públicamente (en Grassmarket). Cuando estaba siendo su cuerpo trasladado al cementerio se escucharon gritos: Maggie seguía viva. Según la ley escocesa, “ya había cumplido su condena”, no pudiéndola ahorcar nuevamente. Desde ese momento Maggie pasó a ser conocida como Half Hangit Maggie (“Maggie, la medio colgada”). (Fuente: Más Edimburgo).
Recorriendo esta placita, entra por Candlemaker St, y déjate llevar por uno de los cementerios más bonitos: Greyfriars Kirkyard.
Nos explican en Viajar por Escocia que se llama “kirkyard” y no “cemetery” porque hay una iglesia (“Kirk” en escocés). Junto con el mencionado anteriormente, éste es uno de los más antiguos conservados en la ciudad, pudiéndose encontrar tumbas desde el siglo XVI hasta el XIX. El nombre viene de la orden de los franciscanos: greyfriars significa “frailes grises”. Para conocer un hito importante en la historia, sigue leyendo aquí. Lo más famoso de este camposanto es el perrito Bobby, un pequeño Skye Terrier que siguió guardando luto a los pies de la tumba de su dueño durante 14 años. Fue nombrado ciudadano de Edimburgo para que pudiera ser enterrado en ese cementerio. Según entras, encuentras la tumbra de “greyfriars Bobby” con regalos de los visitantes: ramas de árboles.
Otra de las historias más conocidas de la ciudad es la de “Bloody Mackenzie” (“Sanguinario Mackenzie”). En este cementerio se encuentra uno de los mausoleos más siniestros pues son muchas las historias alrededor de lo que ahí ha pasado. George Mackenzie era el ministro que llevó a cabo la política persecutoria de Carlos II. Encarceló a más de 1.200 personas, firmando la pena de muerte de muchos de ellos, lo que le dio el sobrenombre por el que es conocido. Se dice que en su mausoleo ha habido actividad paranormal y mucha gente ha explicado lo vivido allí. ¿Leyenda? No lo sé. Que cada uno juzgue.
Cuando salgas, sigue bordeando la calle para llegar a Forrest Road. Allí busca el colegio George Heriot’s School. Te guste Harry Potter o no, es de visita obligatoria este maravilloso centro. Dicen que fue la inspiración de la autora que dio vida al famoso mago.
Accede a uno de los callejones llamado Heriot Place y te encontrarás con las famosas murallas de la ciudad (Flodden Wall y Telfer Wall) –The Vennel– y unas vistas maravillosas del castillo. A través de unas escaleras, volverás a Grassmarket. Retrocede sobre tus pasos y recupera la Royal Mille para finalizar en el castillo de Edimburgo.
El Castillo de Edimburgo, la joya de la ciudad, se encuentra en una colina volcánica llamada Castle Rock. Entre las curiosidades que se cuentan es que hay un gaitero solitario (“the lone piper”) que merodea por los túneles de la fortaleza sin encontrar la salida. Si decides entrar, avisar que es una de las atracciones turísticas más caras, y donde la pieza clave son las Joyas de la Corona, los Honores de Escocia: la corona, el cetro y la espada del estado con el que se nombraba rey. Decir que aquí nació el primer rey de escoceses e ingleses, Jacobo VI, hijo de María Estuardo.
Como se me hacía tarde, no visité el castillo ese día, pero sí me acerqué a The Deacon’s House Café (no Tavern) y disfruté de algo muy típico allí, una sopa con un rebanada de pan y mantequilla.
Mientras recorras esta zona de la ciudad, no pierdas de vista lo que llaman los letreros fantasmas (Ghost Signs). Restos de antiguos negocios o carteles de la ciudad que hoy en día son todavía visibles. Incluso hay una página web donde puedes subir tu foto. (Fuente: Más Edimburgo)
Hacia el final del día, deléitate con historias de fantasmas en alguno de los tours que recorren la ciudad a partir de las 7pm y que salen de la Royal Mille.
The New Town
Esta zona nació de la necesidad de albergar la sobrepoblación del siglo XVIII. Entre la zona antigua y la nueva, estaba el lago Nor’ Loch, lugar de drenaje y fuente de agua de la ciudad. Hoy en día están los Princes Street Gardens.
Mi visita a la zona nueva de la ciudad también comenzaba paseando por The Royal Mille. Sé que hay otras zonas de acceso, pero no podía evitar pasar por aquellas calles llenas de gente, con música escocesa y tartanes (cuadros típicos) por todos lados.
En mi caso, digamos, que una vez llegué a The Hub, bordeé el castillo por King’s Stables, incluso disfruté de un paseo por el mercadillo de comida local que hay en Castle Tr. los sábados. Una vez tomada la calle Lothian Road lo primero que vi de la zona nueva de ciudad fue el Hotel Caledonian a la izquierda. A la derecha, Saint Johns y el cementerio. Al contrario de lo que hacía la gente, no tomé Princes St, sino que me fui para Hope St, pasando por el Albert Memorial. Una vez llegada la rotonda, busqué la calle Stuart St. Mi intención, y tal y como indicaba la web Más Edimburgo, era llegar a Moray Place, una zona residencial tranquila donde dejar las gaitas de lado y solo escuchar el sonido de los pájaros.
La tranquilidad de esta zona te invita a pasear. Las pequeñas tiendas locales y las cafeterías te piden que entres y te sientes a disfrutar de un té o de algún dulce que allí tengan. Una vez empiezas, no acabas. Llegas a Dean Village, pasas por India Place, Rpyal Circus, Gloucester Ln, Heriot Row (donde puedes ver la casa del autor de La Isla del Tesoro, Robert Louis Stevenson) – Stockbridge Area-. Desde allí puedes disfrutar de los pulmones verdes de la ciudad: The Queen Street Gardens.
Baja por Queens Gdnsw. para llegar a George St. Dos pubs cercanos harán las delicias de cualquiera: The Standing Order (62-63 George Street), situado en un antiguo banco. El edificio de estilo neoclásico fue diseñado en 1878. Todavía es posible ver la caja fuerte. El segundo local, The Dome, es un local cuya decoración y elegancia contrasta con los pubs hasta ahora conocidos. Aunque no tomé nada allí, sí entré para verlo.
La calle paralela, Rose St, es conocida como The Amber Mille, la Milla de Ámbar, por la cantidad de pubs donde tomar cerveza o whisky. Al final de la misma verás el Melville Monument y St. Andre Square. Una calle paralela más, llegamos a Princes St, calle que te permite rozar The Old Town. Caminando por esta calle encontrarás The West Princes Street Gardens, el Scott Monument, dedicado al escritor edimburgués Sir Walter Scott, conocido por sus hazañas para recuperar las Joyas de la Corona, así como por sus novelas (si subes los 287 peldaños, te dan un certificado), el Hotel Balmoral (cuyo reloj va adelantado 2 minutos para que los usuarios de la estación Waverley no cojan tarde sus trenes) y el The North Bridge, que te conecta con The Scotman, otro famoso hotel, ubicado en The Old Town y que recibe su nombre del periódico más conocido de la ciudad.
La zona de East Princes Street Gardens era antiguamente un lago donde iba a parar toda la porquería de la ciudad, creyéndose que estaba maldito. Cuando el alcalde de Edimburgo construyó el famoso puente, nadie quería cruzarlo porque pensaban que estaba también maldito. Finalmente el alcalde, bajo pena de muerte, amenazó a los funcionarios para que pasaran el puente, haciendo ver que no había problema.
La continuación de Princes St es Waterloo Place. Siguiendo este camino, podrás acceder al Calton Hill, zona creada a raíz de la actividad volcánica de la zona y donde podrás encontrar el observatorio, el desconcertante National Monument (monumento que se pretendía,porque está incompleto, fuera una réplica del Partenón de Atenas, y que conmemora a los soldados escoceses muertos en las Guerras Napoleónicas) y el Nelson Monument (en honor al vicealmirante Nelson para conmemorar la victoria en la batalla de Trafalgar). Así como otro de los cementerios más famosos y visitados: Old Calton Burial Ground, El cementerio de Calton. Por desgracia estaba cerrado por obras cuando fui, pero os cuento un poco lo que la web Viajar por Escocia dice de esta zona. Destaca por su belleza arquitectónica y por algunas de las personas allí enterradas, tales como David Hume, William Blackwood o Dr. Robert Candlish.
Curiosidades de Edimburgo
- Cañonazos
En lo alto de la Torre del Nelson Monument (Calton Hill) reposa una bola que se deja caer todos los días (menos domingos) a las 13:00 h. Esta práctica se remonta a 1852 cuando los marineros veían caer la bola y aprovechaban a poner en hora sus cronómetros. Hoy en día, y por la niebla (Haar, niebla densa que impide que se vea) de Edimburgo, y desde 1861, se dispara desde el Castillo de Edimburgo un cañonazo a las 13:00 h.
- Chimeneas
Antaño el apodo de la ciudad era Auld Reekie (“Antigua chimenea”). Hoy en día las chimeneas forman parte de la silueta más famosa de la ciudad.
- Haar
Haar es una bruma densa y fría que se forma sobre el mar y que el viento arrastra hacia el interior
- Dedicatorias
La mayoría de los bancos que encuentras llevan una plaza metálica con una dedicatoria. Algunas conmemoran colectivos o personajes públicos, o recuerdan a familiares y amigos fallecidos.
- Leith
El barrio de Leith es una zona cercana al centro de la ciudad pero que hace tiempo constituía una población aparte (hasta 1920). Las calles de este barrio están llenas de leithers, inmigrantes, artistas, pubs y restaurantes… Fue en este barrio donde se retrató la vida de los protagonistas de Trainspotting.
- Tumbas
No te pierdas las visitas guiadas por los cementerios o el acercarte a ver algunas de las tumbas de la ciudad. La cultura de allí y la forma de ver los muertos, permite pasear por el camposanto, hacer picnic o salir a dar una vuelta por estas zonas.
- Cerveza
La mayoría de los más de 700 pubs que hay en Edimburgo fabrican su propia cerveza. Las cervezas de Edimburgo por excelencia: la Caledonian, Innis & Gun, Belhaven y la Stewart.
- William Burke
De historias macabras… la de Burke. Burke junto con Hare, su compinche, hicieron un negocio del robo de cadáveres para entregarlos a la facultad de medicina a cambio de dinero. Tal fue la cosa que empezaron a asesinar gente para entregar los cuerpos “más frescos”. Finalmente fueron descubiertos y la sentencia de Burke fue la horca… y después la facultad de medicina, donde se cree que uno de los alumnos arrancó la piel de sus extremidades y forró un libro e hizo una cartera con la piel.
Qué debemos comer
Haggis
Especie de pudin que combina carne con gachas de avena, cebolla, sal y especias. Se sirve con puré de patata y antaño se cocinaba en el estómago de una oveja.
Yo lo probé en The Royal Mille Tavern y en The World’s End. El primero estaba muy picante, pero estaban riquísimos los dos.
Fish & Chips
Plato típico de la cocina inglesa que también puedes encontrar aquí. Normalmente el pescado es merluza.
Lo probé en The World’s End. El rebozado era muy grueso, pero muy bueno.
Empanada escocesa
Probé una rellena de carne en Deacon Brodies Tavern. Muy rica.
Cranachan
Postre típico de crema batida, whisky, miel, copos de avena y frambuesas. Riquísimo.
Tomé uno en Deacon Brodies Tavern.
Porrigde
Las gachas de avena. Son cereales hervidos en agua o leche, servido con miel, fruta o mermelada.
Desayuné porridge junto con un té en Clarinda’s Tea Room. ¡Hasta el Starbucks en Edimburgo tiene porridge!
Oatcakes
Galletas de avena. Es un tipo de cracker. Los hay finos y gordos y según me indicaron, a veces le ponen encima queso o mermelada.
Compré un paquete y me lo traje a Madrid.
Scones
Delicias de mantequilla que suelen servir calientes para que les untes mantequilla y mermelada. Una perdición.
Probé el mejor en Clarinda’s Tea Room.
Shortbread
Elaborados con una porción de azúcar blanca, dos partes de manteca y tres partes de harina de trigo entiendo ahora el por qué de su irresistible sabor.
Compré varios paquetes de shotbreads marca Walkers para disfrutar de ellos en la oficina.
Desayuno típicamente escocés
Básicamente huevos, algo de carne, patatas, tomate asado, pan tostado, mermelada, café, zumo o una taza de cereales.
Donde leas «All day breakfast» puedes pedir es desayuno escocés a cualquier hora del día.
Pancakes escoceses
La gran diferencia de los otros es que se preparan con levadura, por lo que son más gruesas y esponjosas.
Tiffin de chocolate
Es un tipo de pastel hecho con galletas trituradas, azúcar, sirope, pasas y chocolate en polvo, cubierto de chocolate derretido. Normalmente no es necesario hornearlo. Fue inventado en 1900 en Troon, Escocia.
Lo probé porque me lo regaló una chica de la cafetería Clarinda’s Tea Room sabiendo que regresaba a España ese mismo día y debo decir que aunque no lo esperaba, ¡está buenísimo! Si llego a estar allí, me hubiera cogido otro trozo…
Sopa con rebanada de pan
En todos los sitios te encontrabas la opción de tomar la sopa del día (2 opciones) con una rebanada de pan y mantequilla.
Me gustó mucho la de Deacon Brodie House Café.
Deep fried Mars bar
No puedes irte de Edimburgo sin probar su postre estrella: chocolatina de Mars, frita, con helado…
La tomé en The Royal Mille Tavern.
Whisky
Se sirve solo, sin mezclar y normalmente sin hielo. A lo mucho, se mezcla con un poco de agua.
Cerveza
La cerveza se clasifica utilizando el sistema shilling, desde 1870, que asigna un valor a cada barril de cerveza dependiendo de su contenido. Cuanto más alto el valor, máyor graduación.
Me quedé con ganas de probar muchas cosas como por ejemplo: cock a leekie, una sopa hecha con pollo, puerro y pasas; black pudding, morcilla hecha con sebo, avena, sangre y diferentes especias, kipper o arenque ahumado, stovies, ensalada de patata y cebolla…
(Fuentes: www.edimburgo.com y Sobre Escocia)
Hoy el artículo ha sido largo, pero no podía cortar por muchos lados la historia de esta ciudad. Cada rincón tiene su vida y debe ser contada.
De allí no solo me he traído algún kilo de más, sino la amabilidad de la gente, siempre dispuestos a hablar, a decirte algo, preguntando para saber de dónde vienes, qué necesitas. Siempre con un detalle, una sonrisa, un abrazo… me quedo con todo ellos porque hicieron de este viaje el mejor de todos. Ta.
Ya pensando cuándo volver. Quedaron muchas palabras por decir. Mucha gente por conocer. Y muchos rincones que descubrir.
Un comentario sobre “Edimburgo, el viaje de mi vida”