Dos discípulos, Francis Drake, un juego y unos vikingos

¿Sabes de qué hablamos aquí? Seguimos hablando del Camino de Santiago, pero ya no de experiencia, sino de historia, curiosidades y cosas que no sabíamos. Porque estoy segura de que muchas cosas no las sabíais. No las sabía yo tampoco hasta que hice el camino, que me puse a investigar como si me fueran a examinar al llegar a la Plaza del Obradoiro. Nadie me examinó, pero yo estaba exultante con todo lo que había aprendido y necesitaba contarlo al mundo. Véase, a vosotros.

Repetiré algunas fotillos que ya visteis en el artículo anterior porque, total, va de lo mismo. Alguna nueva la sacaré de Google, Wikipedia y esas cosas, porque, por ejemplo, de vikingos en Santiago no tengo ninguna (dudo que alguien la tenga también te digo, pero, vamos, que ni dibujo, ni ná), la verdad. No me pilló en ese momento.

Historia del Camino de Santiago

Parece que los caminos por los que hoy transitamos como concheiros, ya fueron vías por las que antaño se hacían peregrinaciones, pero no a Santiago, sino al fin del mundo. Por aquí, no solo han transitado gente de todas las épocas, también se han movido ideas, riquezas, corrientes artísticas y de pensamiento. La ruta Jacobea es hoy en día una fuente de cristiandad y, junto con la imagen del apóstol, fue figura clave en la reconquista frente al islam. Estas vías conectaron la península con el continente europeo, llegando a ser uno de los lugares sagrados para los cristianos y a los que se aspiraba visitar al menos una vez en la vida: Roma, Jerusalén y Santiago de Compostela.

Se cree que estas rutas de hoy son una cristianización de los antiguos caminos de peregrinación. Sus orígenes se encuentran en las rutas paganas de adoración al sol, a quien se veía “morir” en el oeste, en el Atlántico -donde se acababa el mundo: en Finisterre-. Los antiguos pobladores llegaban a Finisterre siguiendo las estrellas de la Vía Láctea. Eran caminos indicados en el firmamento desde cualquier lugar de Europa. Se creía que el Atlántico era la tumba del sol. Esa ruta desde Santiago a Finisterre, como ese sendero de la época pagana, se llama Camino Fisterra. Más allá no había nada. Se le considera un lugar lleno de magnetismo y de mitos, algo que quizá influyó para elegir dónde enterrar al apóstol.

Durante siglos, una vez llegados a ese lugar donde se acaba el mundo, se hacían ritos de purificación en Finisterre, como quemar la ropa con la que habían hecho el camino o bañarse en el mar. Algunas rutas, como la vía de la Plata, son mucho más antiguas y eran las usadas para llevar el metal del norte de la península al sur. Estos caminos, también usados durante la Edad Media, estaban asfaltados desde la época romana. No nacieron por el apóstol. Venían de antes. Pero se fueron mejorando a medida que venían más personas a ver el sepulcro. De esta forma, monasterios, monarquías y otros grupos interesados invirtieron en albergues, hospitales para peregrinos, puentes y mejoras en los caminos.

Todavía hoy en día algunos peregrinos, tras llegar a Santiago y ver la tumba del apóstol, continúan hasta Finisterre.

Santiago el Mayor fue uno de los doce apóstoles de Jesús, y el primero que se convirtió en mártir. Realizó su labor en Jerusalén y luego vino a Andalucía, donde predicó mientras iba subiendo por zonas portuguesas. Llegó a Iria Flavia, al lado de Padrón hoy en día. Luego volvió a Palestina nuevamente. Allí es decapitado en tiempos de Herodes Agripa (entre los años 40 y 41 de nuestra era). Dos de sus discípulos roban su cuerpo y lo llevan de nuevo a la península, a Iria Flavia, donde le querían dar sepultura –se decía que los apóstoles debían descansar eternamente donde más habían evangelizado, de ahí que lo quisieran traer para acá-. Según se relata en el Códice Calixtino de 1139, los bueyes que cargan el cuerpo se paran en el Bosque Libredón y no quieren continuar. Los dos discípulos interpretan esto como una señal del sitio donde deben enterrarse sus restos. 

En tiempos de la Reconquista, en el 834, se descubre de forma fortuita la tumba del apóstol. Un rey de Asturias, Alfonso II el Casto (años de reinado: 791-842) organiza un viaje al lugar, que ya para entonces se llamaba Compostela, y manda la construcción de una pequeña iglesia de estilo asturiano. En el 847 queda establecida la tumba del apóstol en este lugar. A este lugar, Compostela, comienzan a llegar los peregrinos.

Entre 1587 y 1602 el arzobispo de Santiago, sabiendo que se acercaba Francis Drake –famoso corsario inglés-, quien había amenazado con destruir la catedral, oculta los restos del apóstol. Entre una cosa y otra, estos se pierden durante dos siglos. Como consecuencia de esto, la gente dejó de hacer la peregrinación porque, total, ya no había nada. Como curiosidad, esto hizo que el 25 de julio del año 1867 (día del Apóstol) solo llegaran a Santiago 40 peregrinos

Tras el declive por épocas de guerras, peste y por la desaparición de los restos, vuelve a haber un resurgir en el siglo XIX: el arzobispo de Santiago, en 1879, descubre los restos del apóstol, lo que hace que se vuelva a peregrinar para ver el sepulcro.

Curiosidades del Camino de Santiago:

  • Compostela: existen diversas teorías de dónde viene su nombre. Una, que viene de la lengua celta: que podía significar “lugar sagrado” o “lugar en alto”. Otra, que no, que viene del latín, donde Compositum significaba “cementerio”. Otra teoría cuenta que Pelayo, quien descubrió el sepulcro del apóstol (la primera vez que se descubrió, que aquí perdemos las cosas muchas veces), decía que veía luces en el bosque, que fueron las que le llevaron a los restos y le puso el nombre de campo de estele, campo de la estrella. (Fuente: Memorias de un Tambor)
  • Flechas amarillas: se las debemos al párroco de Cebreiro, Elías Valiña, quien cogió pintura excedente con la que se pintaban las carreteras entonces y señalizó las rutas, especialmente en el Camino Francés. A él le debemos las famosas flechas amarillas. Gracias, querido, sin ellas a saber dónde hubiera acabado yo. (Fuente: Memorias de un Tambor)
  • Catedral de Santiago de Compostela: en el año 1073 se levanta la actual catedral, el tercer templo que albergará los restos de Apóstol. El primero fue el que mandó levantar el rey astur Alfonso II (dicho arriba). Algo sencillo de piedra y barro. Bajo el mandato de Alfonso III el Magno se decide aumentar este sepulcro dado el incremento de visitantes y se construye otro edificio anexo más amplio que el anterio rodeando al antiguo presbiterio. Años más tarde, casi a finales del siglo X, las tropas musulmanas arrasaron con esta obra prerrománica, pero respetan el sepulcro, que seguiría recibiendo peregrinos. Finalmente, es bajo el reinado de Alfonso VI cuando se levanta la catedral (no tal y como la conocemos ahora, pues se hicieron modificaciones en tiempos posteriores, pero, al menos, ya había una catedral).
  • Años Santos Compostelanos/Años Santos Jacobeos/Años Santos de Santiago/Años Jacobeos: aquellos años donde el 25 de julio, Día del Apóstol, cae en domingo. Si el peregrino llega a Santiago uno de estos años obtiene un perdón absoluto de sus pecados. El año santo jubilar compostelano fue establecido en 1122 para el año 1126 por el pontífice Calixto II. Excepción: este 2022, que sea hace extensible el del 2021 por tema COVID-19. No es la primera vez que esto pasa. La primera fue durante la Guerra Civil Española, en la que el año santo de 1937 se extendió también a lo largo de 1938, según concedió el papa Pío XI a petición del prelado compostelano Tomás Muniz de Pablos. 
  • Concheiros: los que peregrinaban a Santiago se les daban una concha de vieira como acreditación del camino. Dato añadido: palmeros, los que lo hacen a Jerusalén, y romeros, los que iban a Roma (de donde viene la palabra romería). Retomamos. En el caso de los concheiros, en origen, se les consideraba a los vendedores o vendedoras de conchas de vieira en Santiago de Compostela. Durante la Edad Media, y en siglos posteriores, había muchas personas que comercializaban las conchas de vieira para su venta a los peregrinos, especialmente en Santiago. Acabó extendiéndose este vocablo a los propios peregrinos de Santiago, ante el gran número de insignias de este tipo que adquirían en la ciudad y portaban en su atuendo. No tiene traducción al español. Y hoy en día, no sé si somos muy ansias o qué, pero ya no esperamos a Santiago para tenerla. Nosotras la compramos en Sarria, primera parada. Una forma de identificarte supongo.
  • Los caminos: los principales son el Francés -se convirtió en la mayor ruta de peregrinación de la Europa Medieval- y el Primitivo -nada más ser descubierta la tumba del Apóstol Santiago en el año 813, Alfonso II el Casto emprendió el camino hacia tierras gallegas partiendo desde Asturias con la mente puesta en el increíble hallazgo-. Pero hay más. El Portugués -comienza a principios del siglo IX con el descubrimiento del sepulcro que generó, no solo desde Portugal sino también desde toda Europa, una oleada de peregrinaciones-, el del Norte -era la vía utilizada en numerosas ocasiones por los reyes de todo el continente europeo para alcanzar Santiago y tiene ilustres peregrinos como San Francisco de Asís, quien peregrinó en 1214-, el Inglés -nace en el medievo gracias a la posición estratégica de Ferrol y A Coruña como puertos de entrada a Galicia para los navíos procedentes de allende los mares, donde ingleses, escoceses, irlandeses y otros muchos procedentes de los países escandinavos y los países bajos navegaban hacia la costa gallega-, el Sanabrés o Mozárabe -se trata de una ruta que recorre antiguas calzadas romanas, transitadas por celtas, fenicios, romanos, árabes y  peregrinos cristianos rumbo a Santiago de Compostela-, el de Invierno – esta ruta nace cuando el peregrino buscaba la forma de escapar de las fuertes nevadas, el frio y la lluvia durante las época invernales, evitando entrar por Ponferrada -, Vía de la Plata – era una calzada empleada por el antiguo imperio romano para atravesar el oeste de Hispania desde Mérida (Emérita Augusta) hasta Astorga (Artúrica Augusta)-, el Aragonés -la historia de este camino data del siglo XI cuando los primeros reyes de Aragón decidieron mejorar la red de comunicaciones de sus territorios, reconstruyendo las vías que todavía se usaban de la época romana y construyendo otras nuevas, así como la renovación de puentes y alojamientos destinados a las rutas más relevantes del territorio hispano, este cambio vino impulsado por la creciente llegada de peregrinos y viajeros que llegaban al puerto del Somport- y el Camino Vasco del Interior – este trazado surge como alternativa para los peregrinos europeos medievales que debían de elegir entre el Camino del Norte o este Camino del Interior en una época donde el Camino del Norte se encontraba en asedio debido a asaltos de vikingos normandos y, a su vez, en el sur, el Camino Francés se encontraba bajo dominio árabe-. (Fuente: Pilgrim)
  • Vieira: se daba a los peregrinos en Santiago como certificado de su peregrinación. Durante un tiempo también llegaron a vender otras más o menos similares, como las de ostra y zamburiña. Hoy en día es uno de los negocios principales del camino. Que por qué la concha de una vieira. Hay varias teorías. Una de ellas dice que la concha del peregrino representa el perfecto vaso o escudilla -por la forma cóncava de la valva, podía servir para beber líquidos de manantiales y ríos o incluso como cuchara-. Interesante… Otra ve en los surcos de la concha del peregrino una representación de la pata de una oca -símbolo de conocimiento iniciático-. Bueno, vale. A mí esta me cuesta verla, la verdad. La tercera versión vincula la concha de vieira con Venus y el renacimiento de las personas -y, por ahí, con el dogma de la resurrección, la superación de la muerte, etc.-. Mmm, ajá. Y como todo lo bueno buenísimo, también hay una leyenda. En el siglo I iba un caballero montado en su caballo cerca de la costa cuando vio una barca a punto de naufragar y se metió en el agua para ayudar. Antes de que pudiera alcanzar la barca, y a los dos hombres que trataban de evitar el drama, una ola lo arrasó. En ese momento, el caballero invocó a Santiago El Apóstol. Sintió que una fuerza sobrenatural lo arrancaba del fondo del agua y lo llevaba de vuelta a la superficie, arrastrándolo a la orilla. Se vio, a él y a su caballo, cubierto de conchas de vieiras. Allí descubrió que esa barca llevaba los restos de Santiago y esos hombres eran sus dos discípulos. Se consideró un milagro del apóstol.
  • Juego de la Oca: el tablero se interpreta como una guía simbólica y encriptada del Camino de Santiago. Se asocian los símbolos del juego con las etapas de peregrinación. Su origen incierto se relaciona con el Camino de las Ocas, el Camino de las Estrellas, la Orden del Temple y los templarios, María Magdalena, los merovingios, las leyendas, el bestiario y el portazgo. Ahí es ná. El tablero del juego de la oca tiene forma cuadrangular y lleva dibujada una espiral dividida en 63 casillas con sus dibujos y normas correspondientes. El viaje de ida está representado por las 32 casillas iniciales, que simulan las 32 etapas del Camino de Santiago. El viaje de vuelta corresponde a las casillas 33 a 63, es decir, el tablero del juego de la oca se quiere interpretar como una guía de ida y vuelta del Camino de Santiago. Hay que alcanzar el número exacto para entrar en el jardín de la Oca, en la casilla 63. Es la Gran Oca que alcanza y guarda la sabiduría secreta, iluminada y no escrita. El final del Camino, el jardín de la sabiduría, el final de un iniciado y el nacimiento de un iluminado. Cómo era eso, “de puente a puente”… (Fuente: Xacopedia)
  • Codex Calixtinus: escrito en el año 1139 por un clérigo francés, contiene estudios históricos del Camino de Santiago e importante documentación. Parece ser que los peregrinos demandaban información para llegar a Santiago de Compostela. Por eso nace este libro, donde se describen regiones, caminos, gentes, ríos, posibles problemas y enfermedades, explica la toponimia de los sitios por donde se pasa… Es una primera guía en toda regla. Una guía medieval. También se transmitía oralmente de peregrino a peregrino durante siglos, dado que mucha gente no sabía leer entonces.
  • Vikingos en Santiago de Compostela: para vikingos y escoceses, la península era conocida como Jakobsland, «la tierra de Jacob», la tierra de Santiago. En las fuentes escandinavas la presencia vikinga en tierras gallegas se documenta a partir de las sagas, relatos escritos en el siglo XII sobre las expediciones que realizaron. La más conocida referencia a Galicia como Tierra de Santiago (Jakobsland) se encuentra en la Historia de los Reyes de Noruega (Heimskringla) de Snorri Sturluson. Alude a la invasión vikinga del año 858, durante el reinado de Ordoño I, cuando apareció en las costas gallegas una flota vikinga, compuesta por cien naves, que se dirigió hacia la ría de Arousa. Tras saquear la diócesis de Iria Flavia, los vikingos llegaron hasta Santiago de Compostela y pusieron sitio la ciudad del Apóstol. Estos continuaron con el asedio a la ciudad hasta que el sitio fue levantado por un ejército dirigido por el conde Pedro, que los derrotó. Como consecuencia de esta expedición la sede episcopal de Iria Flavia se trasladó a Santiago de Compostela. De la incursión que más se sabe de este grupo en Galicia es de la «incursión de Gunderedo», año 968, donde, al mando del caudillo Gunderedo, hijo del hermano del rey danés Harald, los vikingos se adentraron en la ría de Arousa, desembarcaron en el puerto de Juncarice (Xunqueira) y se dirigieron a pie hasta Santiago de Compostela, atraídos por los tesoros del templo que precedió a la actual catedral -a raíz de las peregrinaciones a Santiago se corrió por todo el orbe la fama de las riquezas de Galicia generadas por la concentración del poder religiosos en los monasterios del Camino y en su meta final, Compostela-. Ante las mismísimas puertas de Compostela, las tropas de Gunderedo se detuvieron a la espera de negociar. De la defensa de Santiago se hizo cargo el obispo Sisnando II. Los hombres de Gunderedo estuvieron en territorio gallego cerca de tres años. Finalmente decidieron ir a Santiago de nuevo para apoderarse de los restos del apóstol, pero fueron derrotados por un ejército al mando del conde Gonzalo Sánchez en las inmediaciones de Ferrol. Cuando cesaron las invasiones, la relación entre Galicia y Escandinavia pasó a ser amistosa, hasta el punto de que tuvieron lugar peregrinaciones de personajes nórdicos para visitar la tumba del apóstol. El primero que peregrinó a Compostela fue el propio el rey Sigurd de Noruega, en el otoño de 1108. La ruta del vestvegr (Camino del Oeste), que iba de Escandinavia hasta Galicia, llevaba 8 días de travesía. Otros peregrinos de renombre fueron Santa Brígida de Suecia y San André de Slagelse, de Dinamarca. Los nórdicos aprovechaban también su participación en las cruzadas para honrar el sarcófago del apóstol, iniciando el viaje a comienzos del otoño y pasando el invierno en Galicia. La influencia de las peregrinaciones a Galicia caló hondo en Escandinavia, donde quedaron numerosas huellas tanto en la literatura como en los libros de historia, pero sobre todo en el culto al apóstol Santiago. (Fuente: Faro de Vigo)
  • La Orden del Temple: la orden llega a la península de la mano del conde Barcelona, Ramón Berenguer III, en el siglo XII. Los caballeros colaboraron en la Reconquista y recibieron como compensación numerosos terrenos, muchos de ellos, en el Camino Jacobeo. De esta forma, y tras perder Jerusalén, contribuyeron a la protección de peregrinos a otros santuarios de la cristiandad, como Compostela. Protegieron la zona de a Coruña (Camino Inglés) e intervinieron en la repoblación de las villas del Camino Francés, recién arrebatadas a los sarracenos. En Ponferrada construyeron un gran castillo bajo el mandato de Fernando II de León, que aún se puede ver a día de hoy. También en la comarca del Bierzo, en Priaranza, se conserva una curiosa talla de un caballero templario esculpido en el tronco de un árbol. La ermita de Nuestra Señora de Eunate, en Navarra, sería un antiguo enclave de la orden, según algunas teorías. Entre las principales fundaciones templarias en el Camimo Francés destacan también las que promovieron en  Sangüesa (San Adrián), Puente la Reina, Granja de Buradón, Villalcázar de Sirga, Carrión de los CondesTerradillos de los Templarios y Rabanal del Camino. Los caballeros también sufrieron la persecución en España. Mediante un mandato del papa, los arzobispos de Santiago y Toledo fueron conminados a proceder contra los templarios en Castilla. (Fuente: Xacopedia)
El juego de la Oca
Codex Calixtinus
Vikingos en Galicia

¿Cuántas sabías? Espero que ahora muchas más, gracias a mi prosa y mis fotos.

Nos vemos pronto. Ha sido un placer compartir con vosotros mi camino.

2 comentarios sobre “Dos discípulos, Francis Drake, un juego y unos vikingos

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