
Mmmm, y qué gran estilo es ese. Albóndigas caseras con salsa de tomate.
Una de las cosas que tiene vivir fuera es que de repente un día te levantas con un antojo de algo casero y añoras los olores de tu casa y ver a tu madre cocinando. Pero como no es posible que la mujer se haga 17 horas de viaje hasta California para calmar esa ansia de albóndigas, casi que mejor la llamo urgentemente e insistiendo en que me mande la receta «a la de ya». Y éste es el resultado.
*Diré que como las de mi madre no han estado, pero claro, tampoco la calidad de los ingredientes aquí es la misma. La receta es de ella y tooooodo el amor que puse cocinando se notó. Pero no son las de mamá. Pero parece que a mis amigos, Jean, Floriane and Winson, les gustó. A mí, también, claro.
Disfrutad de esta receta.
Ingredientes:
- 800 gr de carne picada (yo mezclé res y cerdo; 700 gr de la primera, 100 gr de la segunda)
- 1 huevo
- un chorrito de leche
- sal
- pimienta
- perejil
- ajo en polvo
- salsa de tomate
- hojas de laurel
- orégano
- romero
- harina
- aceite para freír
Pasos:
1. En un bol, mezcla la carne, el huevo y el chorrito de leche. Añade la sal, la pimienta, el perejil («a ojo», que decía mi abuela) y el ajo (igualmente «a ojo»). Lo del perejil y el ajo es para dar sabor, así que, como tú veas.
4. Pon en una sartén la salsa de tomate, añade un poco de orégano, unas hojas de laurel (yo puse 3) y romero. Calienta.
5. Añade las albóndigas, mezcla y déjalas en la sartén unos minutos.
Acompañé este plato de dos cosas que me encantan:
- Una ensalada de espinacas, manzana, mozzarella y arándanos secos.
- Bagels tostados (aquí no tienen el «pan-pan» con el que disfrutas mojando la salsita…)
De postre: brownie con trocitos de chocolate del Starbucks (¡Nuevo!) ligeramente caliente con helado de mantequilla de cacahuete y caramelo.
¡¡GRACIAS, MAMI!!